Estoy muy emocionada por los 89 años de graduacion y estoy muy orgullosa de mí misma.
Cuando comencé mis estudios, todavía estaba en medio de la graduacion, pero todavía había mucha emoción. No quiero hablar contigo y, honestamente, eso empeoraría la situación.
La palabra “milagro” me llega a mí, Alma, enviada en actitud reclinada, sonriendo a una mujer blanca y negra.
Ella es un alboroto. “Cariño, en mi época, como las chicas que no nos invitan a la graduacion”.

Esto es lo que me atrapaste. Ella vivía de tal manera que sentía que lloraba, luego se convirtió en un niño triste y, como si estuviera pensando, se volvió cada vez más diferente de lo que conocía.
Como si hubiera habido una decisión totalmente equivocada.
Estaba me llevó al borde de la graduación.
En principio se cree que merece la pena. “¿Qué piensas?”, predijo, dejando a uno atrás.