Ian Jaxiel Quintanilla. Un bebé de apenas 45 días de nacido perdió la vida el pasado jueves, debido a complicaciones médicas luego de sufrir de paperas, por lo que había sido llevado por su madre a un hospital en Santa Bárbara, Honduras, sin embargo, poco después los médicos confirmaron a la familia que este había perdido la vida.
El pequeño, identificado como Ian Jaxiel Quintanilla, fue enterrado el sábado en el barrio La Ruidosa, Protección, Santa Bárbara, en medio de los sollozos de sus padres y familiares.
El cementerio comunitario fue donde fue enterrado, pero dos días después, unos transeúntes que lo escucharon llorar presenciaron un hecho ilógico. Se sintieron atraídos por el sonido y escucharon el llanto nuevamente a medida que se acercaban. Esta vez se dieron cuenta de que provenía de la tumba recientemente sellada del menor.
La familia del pequeño fue inmediatamente avisada por los vecinos, quienes no dudaron en abrir la tumba e investigar lo que estaba pasando. A pesar de haber estado enterrado durante cuatro días, el joven no mostraba signos de descomposición cuando fue sacado del suelo, según informaron medios locales de Protección.
El pequeño aún tenía temperatura corporal y el corazón palpitando cuando fue descubierto, según relato de su madre Sara Ester Chavarria al medio Oeste Informa.
El cuerpo fue trasladado nuevamente al hospital donde se determinó que no tenía signos vitales. Lo mantuvieron durante varios días con la esperanza de que recuperara el conocimiento.
Luego de esperar varios días para ver si el menor resucitaría, fue nuevamente cubierto con un paño y enterrado.
En las últimas horas, finalmente sepultó al bebé. La joven afirmó que un mes antes vivió un incidente similar cuando llevó al menor al hospital y le informaron que había fallecido. Regresó al barrio con él cuando se lo entregaron, pero unas horas después supo que aún estaba vivo. Así estuvo un mes y el día 14 volvió a suceder.