Rosa y Jorge

Rosa y Jorge.

Una noche de fiesta se convirtió en pesadilla para las decenas de personas que este pasado domingo se encontraban en las discotecas de Murcia Fonda Milagros, Teatre y La Fonda en España, donde se produjo un fatídico incendio.

Trece muertos y 25 heridos son el resultado de la tragedia, que deja varias familias rotas, algunas a la espera de que se identifiquen los restos mortales de sus seres queridos para poder darles sepultura.

Tras casi dos días en los que cuerpos policiales, sanitarios, de emergencias y de bomberos, además de psicólogos y trabajadores sociales. No han parado de tratar de esclarecer lo sucedido, algunas de las víctimas del suceso en el local de ocio, del que se ha conocido que tenía orden de cese, ya tienen nombre y apellidos.

Otras, la mayoría, siguen sin identificar. Cuatro equipos médico-forenses han comenzado, de forma coordinada, las autopsias para la identificación de los restos mortales tras el traslado de los cadáveres a la sede del instituto de medicina legal.

Los fallecidos ( Rosa y Jorge) eran de nacionalidad colombiana, nicaragüense, ecuatoriana y española con doble nacionalidad ecuatoriana, ha indicado el delegado del Gobierno en Murcia.

Familiares de Erick han confirmado a La 7 que no saben nada de siete de las personas que se encontraban en la celebración. Así, entre los muertos estarían el propio Erick, su pareja Orfilia Landón, su madre Martha y su hermano Sergio.

Llegados de Nicaragua y Ecuador, el grupo del festejo lo formaban en su mayoría vecinos de Caravaca de La Cruz y llevaban más de 15 años residiendo en la Región de Murcia. Erick, su hermano Sergio y su madre eran originarios de Chinandega y Orfilia, de Santa Rosa del Peñón, departamento de León, detallan medios nicaragüenses

Alan Antonio Antía, uno de los primos de Erick, pudo salvarse de tan terrible final. Estaba celebrando el cumpleaños como uno más pero, cuando las llamas aparecieron, él ya se había retirado.

Cuando se enteró de los hechos volvió y «el fuego cubría ya todo el techo y la fachada de la discoteca». Tania y John, según lo que ha relatado Alan, serían otros dos de los fallecidos. Todos ellos se encontraban en la primera planta, donde se cree, según las primeras investigaciones, que quedaron atrapados.

Walter Hernández, primo de Erick y Sergio, también estaba allí, pero la suerte estuvo de su parte. Bajó a la planta inferior del local para tomar una copa justo en el momento en que las llamas comenzaron a devorarlo todo, informa La Verdad. Eso le salvó la vida.

La tía de Erick, Miriam Montealegre, ha acudido este lunes a la sede de la Jefatura Superior de Policía de Murcia para entregar objetos personales de su hijo para que sea identificado.

Otras dos de las personas que estarían entre los muertos son Jorge y su mujer, Rosa. Habían acudido a Las Atalayas para celebrar que, a él, tractorista de profesión, le habían dado tres días libres en el trabajo. «Mira, no trabajo hasta el martes», le dijo a un amigo a través de un vídeo que envió momentos antes del suceso, cuenta El Caso.

ROSA

Con ellos llegaban dos amigos más, Kevin y Laidy, todos originarios de Ecuador. Los cuatro amigos habrían muerto. Jorge y Rosa dejan tres hijos. La chica que iba con ellos es la que mandó el mensaje de audio que ha corrido por redes y medios: «Nos vamos a morir. Mami la amo».

Asimismo, más familiares han acudido a la Jefatura Superior de Policía de Murcia a entregar objetos personales para los análisis de ADN como Dubi Reyes, madre de Yosi de 34 años y natural de Colombia, que ha dicho a la prensa que su hijo era uno de los invitados a festejar el cumpleaños de su amigo Erick y ha manifestado que ha llamado en varias ocasiones al teléfono de su hijo, pero está apagado.

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La mujer llegó a España desde Colombia hace unos dos años y unos meses después, el 28 de septiembre de 2022, lo hizo su hijo. «Él estaba muy feliz», ha apuntado.

Cristopher Miranda, acompañado por su padre, tampoco sabe nada de su hermano de Rafael Miranda, era amigo íntimo de Erick y acudió a la fiesta acompañado de su novia, Seibi. Ella logró abandonar La Fonda cuando se desató el incendio y no volvió a tener noticias de su pareja, nacido en Ecuador y con más de dos décadas en Murcia.

Hasta el momento, de los trece cuerpos recuperados, en cuatro casos se han podido cotejar huellas dactilares, aunque, según explica el director del anatómico, Juan Pedro Hernández del Rincón, también se han obtenido muestras para realizar el análisis de ADN, al igual que en los nueve casos restantes, para su remisión al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

Según las primeras pesquisas, la mayoría de las víctimas mortales se encontraban en el piso superior de la Fonda. Todas ellas se vieron sorprendidas por las llamas y no pudieron salir. Algunos de los cuerpos estaban completamente calcinados y eso está dificultando las identificaciones (se ha tenido que recurrir al ADN).

El fuego se propagó rápidamente y en pocos minutos lo cubrió todo. La estructura del primer piso colapsó por las altas temperaturas y se vino abajo. La Policía estima que se llegaron a alcanzar temperaturas de entre 1.000 y 1.500 grados.

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